Kengo Kuma conoció la tradición arquitectónica de su país cuando salió a dar clases en la Universidad de Columbia en Nueva York, y cuando descubrió las interpretaciones de esa cultura hechas desde ojos extranjeros. Analizando esas visiones dio con una voz propia como arquitecto, que le lleva a valorar los materiales por encima de las formas. Autor de viviendas de bambú o cristal, ha firmado también museos (Kitakami Canal, 1994), edificios de oficinas (Suntory en Tokio, 2005) y, últimamente, espacios expositivos, como el que llevó a la Trienal de Milán. El nexo entre sus trabajos es la preocupación por los materiales.